sábado, 7 de febrero de 2015

Entre el rocío del alba y la lluvia de mi dolor

Tumbada en la cama Mirando el techo Los ojos caídos de tristeza La música lenta en los oídos Y sueño despierta Mi voz sonando con la tuya Tus manos sonando en mi piel El aire llevándose el tiempo Mis labios soñando en tu piel Tumbada en la cama Mirando el techo Los labios curvados de tristeza Clavado en la espalda Un cuchillo infectado de ira otro en el corazón Y pienso pienso El nerviosismo dando vueltas Los dedos creando pensamientos Y pienso pienso en tu pelo rozando mi pecho en tus labios besando mis dedos Mi corazón grita en silencio Mi alma llora sin lágrimas Tumbada en la cama Mirando al techo El pecho anudado de dolor Esperando Amanece pronto pues estoy cansada Amanece rápido pues pereceré entonces: entre el rocío del alba y la lluvia de mi dolor.

martes, 7 de octubre de 2014

Guadaña

“¿Escuchas eso?” dijo con la mirada clavada en algún sitio que nadie podría ver excepto ella. Extendió su mano y él podía ver cómo su espíritu volaba con sus sueños. Se alejaban del suelo  moviéndose con fragilidad entre el mar torrencial de sus emociones dejándose llevar por la corriente. Escuchaba una llamada de aquel mar que hacía que su alma bailase burlándose de aquel crespón con dientes afilados que perseguía con una mirada ansiosa cada uno de sus pasos intentando agarrar aquel alma transparente y fugaz que se movía con total libertad delante de sus propios ojos ponzoñosos de oscuridad.
No hacía falta nada real para ver cómo una pequeña parte de ella se hacía sólida ante sus ojos meciéndose entre el amor y el odio, la felicidad y la tristeza, la vida y la muerte. Dando pasos que nunca había preparado avanzaba con la corriente al compás de su fuerza mientras él dejaba caer una lágrima por su mejilla con el alma encogida por el dolor; pues veía que no sólo aquella luz se apagaba, si no que los pasos de aquella macabra ilusión se veían entorpecidos por las manos muertas de su maldición.
Su mano extendida rozaba aquella ilusión sin poder llegar a tocarla y salvar a aquel pedazo de su ser que luchaba incansable por seguir, pero ya no le quedaban fuerzas, su luz se apagaba, y su mar iba en una corriente que hundía su cuerpo.

“Sí” dijo él dejando caer todas las lágrimas que nublaban su vista. Agarraba su mano apretándola como si así no fuera a escaparse del mundo dejándolo sentado en aquella silla incómoda en la que pasó meses esperando volver a tenerla entre sus brazos como antes. Sonriéndole a centímetros de su cara, siendo tan feliz que soñaba con serlo todo con él. Hasta que esa felicidad se convirtió en una simple palabra sin emoción alguna. Su alma quedó atrapada entre las garras de su parca interior, su luz se apagó y también la de él mientras sus labios se posaban en los de ella fundiéndose en un último adiós sin palabras, sólo con el corazón.

lunes, 18 de agosto de 2014

Soñando en tu naturaleza

El viento de la calma me llena de sensaciones nuevas que vivir y yo sólo quiero saciar mi espíritu para llenar mi alma de cada sabor. Bailar al ritmo de la canción perfecta, sentir la libertad rozando mi piel, poniendo el vello de punta queriendo volar hacia el cielo.

Floto entre un mar de sensaciones que llenan mis huecos más profundos y quiero más, más cosas que vivir en este lugar, sonreír como el sol de la mañana sin recordar el ayer.

Y floto, me fundo con el agua y me hago aire y nube, refresco tu piel en el rocío de la mañana y canto como un pájaro, dando lugar a la naturaleza de tus primeros pasos. Con mi sonrisa brillando en el cielo y mi cuerpo flotando en el aire. Somos dos que se mueven como uno solo. Piensas en una canción que en realidad es el ritmo de mi respiración: lenta y rápida, cansada y viva.

Me muevo en ti como el fuego que llena tus entrañas de calor. Mantengo tu esperanza viva de pasión, fuera de dolor y oscuridad, pues mi sonrisa está en tu alma, brillando como el sol de cada mañana, sin recordar el doloroso ayer.

lunes, 17 de febrero de 2014

Frío

Seca, como una rama me parto con el viento azotador, y no puedo más que dejarme llevar por su estremecedora frialdad y me parto, acabando hecha pedazos por todas partes. Intento hacerlos llegar a mí de nuevo pero no soy más que el recuerdo de una naturaleza viva que antes fui. Impotente tapo toda luz de esperanza. No quiero ver. No quiero sentir. Huir de este invierno que ata mi corazón a la sequedad fría del viento es lo único que me ata a mis pensamientos de naturaleza fantasmal.

Ya no puedo mantener sola el atisbo de vida dentro de mí, pues es sólo eso, un reflejo que se borra cuando la luz del sol se va, y el sol no llegará nunca pese a mis anhelos de calidez para sentirme viva otra vez.


Nieva y mis pedazos se funden con la tierra, igual que mi vida y no pude despedirme de la calidez del sol. Por eso te digo: adiós querido, mantuviste mi vida pero no llegaste a tiempo para el último empujón. El invierno se lo llevó todo con él y tan sólo dejó un rastro de mi triste muerte entre su nieve. Adiós amado, mantendré en mi memoria cada segundo en el que me sentí  viva, pero ha llegado el momento de dejarme llevar con el viento hasta el fin y desvanecerme en las oscuras aguas de mi lago mortal. Adiós, nunca volveré a verte, sólo en mi recuerdo. Guárdame en tu memoria, pues yo te guardaré en lo más profundo de mi corazón seco de invierno y soledad.

sábado, 15 de febrero de 2014

Alive in the distance

Frágil, como un pedazo de una piedra preciosa bailaba en el centro de la nada transmitiendo calma y serenidad. Sus alas se movían hipnotizando a la consciencia, haciendo perder la noción de la realidad a quien la mirara. Sentía cada una de las notas de aquella bella canción en cada uno de sus músculos, cerraba los ojos y volvía a estar viva. La música y sus brazos eran una misma cosa mientras volvía a sentir cada una de las cosas que había en el mundo. Escuchaba la hierba crecer, veía dentro de ella misma su corazón volviendo a latir, el leve movimiento de la Tierra sobre sí misma, el sonido de sus músculos al contraerse, las flores girarse hacia la luz…sentía a su alrededor un mundo vivo lleno de música que bailar para poder vivir más tiempo, pero se detuvo en algo. Había un sonido en el que prestar especial atención, una respiración, los músculos al tensarse en una sonrisa, unos pasos acercándose lentamente, un latido agitado cada vez más. Abrió sus ojos y alguien desconocido a ella fundió sus movimientos a los suyos. Eran uno. Complementaban la calma y la serenidad el uno con el otro mientras sus miembros se movían al unísono al compás de la música. Se sentía más viva que nunca. Sintió su corazón acelerarse hasta sentir que le fuera a estallar y sonreía por primera vez. Era su presencia, su olor, sus ojos, su piel, su calidez. Cada una de aquellas cosas que había sentido vivas del mundo quedaban resumidas en su ser, y al sentir que podría seguir viva sin bailar, paró y lo miró frente a frente mientras sus manos habían quedado en su cintura. Se acercó, sin temor, pues sentía que lo conocía desde su primera respiración y por un momento rozó sus labios, pero había parado de bailar, su cuerda se había acabado y ella no era más que una muñeca de caja de música, ahora paralizada con la mejor de sus sonrisas. Dejó de estar viva otra vez…

Decidió que la esperaría, pues él la veía bailar mientras que ella oía su corazón latiendo en la distancia, pensando que todo aquello que sentía era el mundo creciendo a su alrededor, pero era su entrecortada respiración de cuando la veía bailar lo que veía de vida. Sus corazones de mentira estaban conectados. Cada vez que escucharan sus latidos otra vez, sentirían lo que es la vida bailando aquella melodía que los mantendría juntos para siempre.


viernes, 14 de febrero de 2014

Fear

Rocé sus gélidas ropas y un olor a soledad se introdujo en mi mente mientras me abría los brazos con movimientos congelados en el tiempo. Todo se había detenido y sólo podía ver las caras de pánico alrededor.Sangre. Goteaba de uno de sus ojos vacíos de locura. Ella no podía oírme pero sí recorrer cada uno de mis nervios matándolos lentamente. Sabía lo que sentía y susurraba dentro de mi cabeza, creando fantasmas de pánico que luchaban contra la razón mientras que sonreía con la sonrisa de una muñeca rota: sin sentir nada y a la vez con el corazón en el puño, pero no el suyo, sino el mío. Deseaba llevarme en sus brazos al abismo mortal y tirarme por el vacío de mi propia oscuridad.

Se acercaba cada vez más a mis labios absorbiendo el poco atisbo de vida que quedaba en mi cuerpo. No podía huír, todo menos mi mente estaba paralizado. Sólo podía sentir el pánico de ver mi vida yéndose con esa criatura que deseaba abrazarme y entre sus brazos asfixiarme para siempre. Sus manos rozaron mi cabello y se llevaron parte de él, parte de mi razón, dejando el desolador miedo que mordisqueaba cada parte de mi cuerpo, me abrazaba, como si fuera un alivio pero apretaba sin pudor mi frágil y perdido cuerpo entonces, que se rompía en pedazos bajo su manto fúnebre. Balbuceaba volver a tenerme otra vez con ella, esta vez para siempre, sin nadie que se interpusiera en mi propia vida y en su maldición eterna. Perdía la visión y todo se volvió oscuro, inconsciente, un mar de oscuridad en el que me ahogaba sin poder evitarlo, era mi momento, pero ella seguía ahí, cumpliendo con sus deseos macabros y acabando con mi forma humana para convertirme en lo que era ella: un alma vacía de vida, a la cual la oscuridad inundaba su corazón muerto de locura y desesperación.

Era el último segundo antes de sucumbir a la tentación de su descanso, pero algo me empujó fuera de su abrazo, una luz, una mano tendida dentro de mi soledad que me zafaba de su abrazo asfixiante...

Me descubrí ilesa entre los efluvios de un hecho hasta que recordé mi visión. Era ella a quien había visto, era la muerte.

viernes, 18 de octubre de 2013

Bleeding memories

Vamos, volvemos, sin terminar de tener claro lo que queremos o lo que hacemos. Tenemos los ojos vendados por la ilusión de una piel desgastada por el cansancio del camino que recorremos. Cada día que pasa es más oscuro que el anterior. La naturaleza perece bajo nuestros pasos devastadores y cada vez hay menos vida. No hay luz y estamos solos rodeados de oscuridad y silencio[...]

Cuando la desesperación se hizo con mi cuerpo no pude más que arrastrarme derramando las últimas lágrimas que me quedaban. El tiempo me consumía cada vez más rápido. Ya no podía recordar quién era, ni qué hacía en aquel lugar, ni qué era yo...

Sus ojos. Marrones como una miel oscura que se derrama en el corazón y su sonrisa como el sol que acaricia la piel en primavera. Me mira, sonríe, sonrío. Sin explicación y aún sin que pase nada somos felices. Nuestra mirada lo dice todo. Se acerca, me abraza y siento su pelo brillar del color del sol mientras me inunda con su calidez[...]

Luz. Me levanto desorientada sin saber qué es este sitio. Antes de poder ver más que el suelo vuelven a hacer de oscuridad mi visión y siento que todo el mundo vuelve a desvanecerse. Me retuerzo de dolor en el suelo frío y mojado. Huelo. Es sangre. Este olor a sangre hace que pueda volver a la realidad, y a darme cuenta de dónde estoy por fin, pero me intento mover y algo me lo impide bloqueando mis movimientos

Ya sé de dónde proviene esa sangre...